La nueva normalidad: el home office
La nueva realidad económica causada por el COVID-19 se ha encargado de modificar muchos paradigmas sobre el comercio, pero también sobre nuestros estilos de vida y nuestra manera de trabajar.
En México, datos de la Asociación de Internet MX y OCC Mundial revelan que hasta 70% de los profesionistas comenzaron a trabajar desde su hogar debido a la pandemia, lo que implica que, aún después de la crisis, es muy probable que el home office y las reuniones de trabajo remotas hayan llegado para quedarse.
De hecho, para muchos profesionales resulta un modelo mucho más cómodo de trabajo: 58% de los mexicanos asegura que su productividad aumentó con el trabajo en casa, según una encuesta realizada por la consultora PwC.
Sin embargo, aún existen algunas barreras y ajustes que hacer para que pueda incorporarse de lleno a nuestras rutinas de trabajo y negocios, sobre todo al considerar que para muchos clientes y colaboradores aún puede ser difícil entender la dinámica correcta alrededor de las reuniones virtuales.
Cómo hacer que tus videollamadas sean más productivas
Con eso mente, te compartimos algunas recomendaciones básicas para que, de ahora en adelante, tus juntas en línea a través de de videollamadas sean más efectivas:
Anticípate a detalles técnicos
Es verdad que habrá algunas dificultades que no puedas predecir —como alguna interrupción de tu Wi-FI o que se vaya la luz—, pero sí hay varios detalles técnicos que sí puedes controlar: revisar bien tu velocidad de navegación, iluminación, que esté actualizado tu software, tu micrófono o tus audífonos.
No lo dejes hasta el final, pues regularmente se convierten en fugas de tiempo y retrasos grandes, además de representar una fuente de distracción e improductividad significativa.
La regla de la cámara encendida y el mute
Tal vez la reunión te agarró un pijama, el panorama en tu habitación no es muy agradable o tienes un par de visitas familiares que no quieres que terminen participando en la junta.
Pero al tratarse del equivalente más cercano a poder verse cara a cara, las videollamadas frecuentes son una manera de trabajar en la cercanía del equipo y desbloquear cualquier embudo de comunicación que la distancia esté cambiando.
Prepara tu agenda y ten un espacio ordenado y siempre tener tu cámara encendida.
Por otro lado, el entorno suele traicionarte y causar ruido en el flujo de la llamada, sobre todo porque es común que el “paisaje sonoro” de la ciudad se cuele si no mantienes el mute encendido.
Pide a quien sea el host de la llamada que configure que los participantes estén en silencio y busquen una dinámica para “levantar la mano”.
Considera varias opciones
Incluso si para ti un servicio determinado es el más efectivo, tómate el tiempo para familiarizarte con más de una plataforma, pues quizá algún colaborador o cliente no tiene posibilidad de usar el mismo servicio que tú.
Asimismo, procuren definir cuál será la plataforma de su elección con anticipación para no tener que estar descargando de último minuto la aplicación y generar retrasos.
Planea el flujo de la conversación
Una vez más, si bien no siempre se puede predecir cómo será el flujo de la llamada, sobre todo en reuniones de trabajo con varios miembros del equipo, es probable que algunos se limiten o se sientan intimidados para participar.
Incentiva su participación y busca la manera de hacer que todos participen en algún momento de la reunión, de esta manera para juntas futuras, sabrán que no pueden distraerse y deben mantenerse atentos para no pasar por el mal trago de ser al que ponen en evidencia por haberse distraído.