Mientras permanece la incertidumbre por la pandemia del COVID-19, las empresas tienen el reto de enfrentar el riesgo de la insolvencia financiera y adaptarse a una nueva realidad económica a raíz de la crisis, asegura un análisis de Drip Capital, fintech especializada en financiamiento para empresas.
La startup de financiamiento tecnológico destaca que, si bien aún es difícil predecir las consecuencias exactas de este fenómeno, las compañías pueden comenzar a prepararse con acciones puntuales para proteger sus finanzas y hacerse más resilientes.
“En un escenario pesimista, la crisis de salud continuará, al menos 90 días en México, por lo que, a su vez, la economía seguirá detenida. Esto puede prolongarse y, como consecuencia natural, cuando empiece la recuperación, la actividad no regresará al mismo al ritmo, pues habrá desconfianza y las finanzas de los consumidores seguirán mermadas”, explica Edmundo Montaño, director general de Drip Capital México.
El directivo resalta la importancia de que las empresas entiendan, no sólo cómo afecta la crisis a su organización, sino también las implicaciones en toda su industria, así como la forma en que se pueden emprender medidas para sobrellevar la situación.
“Empezar por entender tus propios costos y cómo obtener ingresos suficientes es vital, pues será la manera ideal para adaptarse a esta nueva realidad económica y contemplar todos los aspectos críticos para las empresas: desde la nómina, hasta su producción, su logística, etcétera”, puntualizó Montaño.
Dentro de las posibilidades de adaptación que pueden implementar las empresas en este entorno, la fintech define dos puntos clave:
Flexibilizar la oferta. Ofrecer términos de crédito flexibles y adaptar sus modelos de negocio a las necesidades actuales del mercado.
Diversificar la oferta. Expandir la oferta de sus productos, así como el universo de los clientes a los que se ofrezcan productos y servicios.
Conforme la crisis se agudiza y la incertidumbre crece, uno de los retos para mantener una buena salud financiera, liquidez adecuada y acceso a capital de trabajo es que existe menos confianza por parte de los clientes, pues ellos mismos han visto sus finanzas afectadas.
“Para tener bienes líquidos y acceder a capital sin estar sobreendeudado una buena medida es buscar formas de financiamiento que conviertan las cuentas por cobrar en efectivo, al tiempo de que amplíen las facilidades de plazos de crédito a compradores”, acotó Montaño.
En ese sentido, el factoraje fue definido como una gran alternativa, pues suele estar respaldado por seguros de crédito comercial que garantizan el pago de las facturas, incluso cuando los clientes entran en bancarrota o insolvencia.