Las operaciones virtuales de comercio, un modelo impulsado por el programa de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicio de Exportación (IMMEX), se ha convertido en una alternativa innovadora para las cadenas productivas del país.
Ahora, frente a un posible escenario de reconfiguración de la dinámica del comercio, más enfocado en lo regional, pueden jugar un rol clave para el crecimiento de las empresas mexicanas, plantea un análisis de Drip Capital México, fintech especializada en financiamiento.
“Tras un año de pandemia, uno de los retos más grandes para las empresas que participan en el comercio global ha sido enfrentar la disrupción en las cadenas de suministro. Ante esta crisis, se han sumado eventos como la escasez de semiconductores y hasta el bloqueo del canal de Suez. Para evitar un nuevo escenario similar y mitigar los riesgos de depender de un grupo específico de proveedores, muchas organizaciones __evalúan la posibilidad de apostar por la regionalización__”, comentó Gregorio Vázquez, director comercial de Drip Capital México.
De acuerdo con el experto, podría existir un crecimiento en las operaciones virtuales si es cada vez más empresas de diferentes sectores (como automotriz, aeroespacial. industrial, electrónico o metalmecánico) encuentran en México un espacio idóneo para reformular sus cadenas de suministro.
“Para que esto suceda, no solo debemos valernos de nuestra posición estratégica en la región, sino también apoyar a más empresas, principalmente PyMEs, para que tengan un mejor acceso a financiamiento, una cultura financiera sólida, mayor competitividad y capacidad de captar nuevos clientes”, agregó el experto de la fintech en cuya cartera las operaciones virtuales representan hasta 25% de las exportaciones que financia.
¿Qué son las ‘exportaciones virtuales’?
Las exportaciones virtuales son un término relativamente nuevo que se refiere a aquellas transacciones que se realizan solo en papel, sobre insumos que se venden a extranjeros que operan en México mediante ensambladoras o maquilas.
Es decir, una transferencia de mercancías sólo con documentos y facturas.
En términos técnicos, según la Ley Aduanera, el Reglamento de la Ley de Comercio Exterior y el Decreto IMMEX, las empresas que compran insumos para la producción de artículos en México lo hacen mediante un pedimento de exportación con la clave V1, mientras que la empresa que compra la mercancía final está realizando una importación temporal.
Los insumos que más se exportan bajo este esquema suelen ser para la industria automotriz y en la producción de aparatos electrónicos. Estos bienes, según el Observatorio de Complejidad Económica, llegan a conformar un valor anual de hasta 152 mil 200 millones de dólares, divididos entre automóviles (53.1mmdd), computadoras, (32.4mmdd), autopartes (31.2mmdd) y camiones (26.9mmdd), entre otros.
“Cuando en México se fabrica un automóvil o un aparato electrónico, como una pantalla plana o un smartphone, que será exportado a Estados Unidos, este producto no generará impuestos, siempre y cuando México importe la materia prima de Estados Unidos, la utilice para el armado del producto terminado y lo exporte de vuelta al vecino del norte. Estos beneficios fiscales al productor mexicano son una de sus __grandes ventajas competitivas en materia de comercio internacional__”, explicó Edmundo Montaño, director general de Drip Capital México.
En general, los eslabones de esta cadena de suministro para grandes compañías como las automotrices o las de electrónicos están compuestos por pequeños productores locales, considerados en el argot exportador como Tier 2 o Tier 3.
Ellos se enfocan en la producción de miles de partes para ensamblar un automóvil o un aparato electrónico, que al final del proceso de producción será exportado.
Cómo incentivar a las pymes en las exportaciones virtuales
El principal apoyo que se le debe aportar a una PyME que forma parte de la cadena de valor en las exportaciones virtuales es el acceso a capital, a través de opciones de financiamiento que no infieran altos intereses que las puedan ponerlas en riesgo, pues esto constituye el principal freno al emprendimiento o la expansión de las Pymes.
Otro obstáculo significativo para las pequeñas y medianas empresas que han optado por la exportación virtual es conseguir nuevos clientes, ya sea dentro o fuera del país y que sean confiables.
Según la firma de seguros comerciales Atradius, en 2020, la proporción de facturas que no se pagaron a tiempo se elevó hasta en un 47% de las ventas a crédito en materia internacional, lo que dificulta el flujo de capital y la operación de empresas pequeñas.
Finalmente, el directivo de la compañía de financiamiento explica que normalmente las PyMEs que operan bajo el esquema de exportaciones virtuales suelen tener pocos clientes, entre uno y dos.
Esto representa un problema pues, si bien es habitual que estas tengan buenas ventas, un bajo nivel de diversificación en la captación de ingresos puede poner en riesgo la solvencia de este tipo de compañías en caso de presentar retrasos o hasta impagos.
“Al apoyarlas de manera financiera, pueden invertir en crear una infraestructura de producción y de ventas más competitiva, lo que puede impactar significativamente su habilidad de captar nuevos clientes y solidificar su relación con socios internacionales”, concluyó Montaño.
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