A poco más de seis meses de que la pandemia del COVID-19 dio inicio, el comercio global perfila sus expectativas y pronósticos para saber cuándo y cómo saldremos de la crisis. En este contexto, los negocios han debido adaptarse pues, aún cuando reporten utilidades, eso no significa que han garantizado su solvencia.
¿Cuáles son las perspectivas de los expertos y qué ha cambiado para los negocios en estos meses?
Los análisis recientes
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advierte que la crisis será complicada en especial para la región y registraremos el peor desempeño en ochenta años: las exportaciones regionales disminuirán 23% durante este año, mientras que las importaciones caerán 25%.
De la misma forma, la Organización Mundial del Comercio (OMC) destacó recientemente que el intercambio global de mercancías tuvo una caída histórica: el barómetro de actividad comercial de la OMC marcó 84.5, un descenso de 18.6 puntos respecto al mismo periodo del año anterior.
Implicaciones del COVID-19 para las empresas
Con base en los análisis mencionados, estas son tres implicaciones importantes de la crisis del COVID-19 en cómo operan las empresas hoy que serán cruciales en la etapa de recuperación y definirán su nuevo contexto.
COVID-19 adelanta la digitalización para las empresas
De acuerdo con la consultora Mckinsey, la crisis del COVID ha acelerado la automatización y la digitalización, debido que el distanciamiento social puso el acento en los usos de la tecnología.
Con esto en mente, la firma asegura que los negocios de todo tipo tendrán que repensar aspectos cruciales sobre sus operaciones, además de que trabajar en las habilidades y capacitación de su talento tomará prioridad.
En este sentido, entre 39 y 58% de las actividades de trabajo en sectores de operación intensiva serán automatizados con tecnología que ya se encuentra disponible.
Entre ellos se encuentran sectores clave para el comercio de México, como la manufactura, servicios de hospitalidad y alimentarios, *retail*, agricultura, minería y construcción, entre otros.
Cadenas de suministro durante y post-Coronavirus
Una de las lecciones primordiales del Coronavirus en el comercio internacional ha sido aprender a mitigar los riesgos en las cadenas de suministro.
La mayor complicación para muchas empresas fue que el cierre de operaciones complicó sus ritmos de producción y la interdependencia en la cadena no facilitó dar un giro ágil.
En ese sentido, analistas aseguran que en el mundo post-Coronavirus las firmas globales apostarán por diversificar sus cadenas de suministro: de Asia, voltearán a ver a México, Vietnam o India, por ejemplo.
Algunas empresas, incluso, se apresuraron a decir que la era de China como fábrica del mundo está por terminar. De la misma forma, otras predicciones parecen indicar que en los siguientes semestres podría observarse una tendencia de lo global a lo regional en cuanto al comercio y cadenas de suministro.
Sin embargo, quizá aún sea pronto para una reformulación tan generalizada de cómo funciona el comercio internacional, pues mucho dependerá de los marcos regulatorios y de los retos que la recuperación traiga consigo.
Acceso al financiamiento en la crisis del COVID-19
Lograr un buen nivel de liquidez se convirtió en una de las necesidades primordiales para los negocios en la pandemia.
Sin embargo, el contexto también bloqueó la demanda y la aprobación de crédito, pues la incertidumbre del mercado hizo a muchas empresas replantearse los riesgos implicados con adquirir deuda, especialmente entre las PyMEs.
De acuerdo con un análisis de Drip Capital con base a datos de Banxico, en el segundo trimestre de 2020, la demanda de crédito por parte de PyMEs estaba en un índice de difusión de 17%, pero para el segundo trimestre se tornó negativa: -25%.
Respecto a las condiciones de aprobación de los créditos por parte de los bancos, en el primer trimestre se reportó un índice negativo de -33%, y para el segundo llegó a -75%.
En una visión histórica, estos niveles no habían sido tan bajos en los últimos cinco años.
En otras palabras, las empresas se limitaron a solicitar créditos, mientras que los bancos optaron por ser más restrictivos.
En contraste, de acuerdo con Endeavor Intelligence, entre enero y junio de 2020 las empresas de tecnología financiera levantaron 300 millones de dólares, además de que reportaron un crecimiento de 14% y se llegó a 441 empresas de este tipo en México.
En esa línea, las empresas de tecnología financiera dedicadas al financiamiento se convierten en una opción para brindar mejores esquemas de inyección de capital, sobre todo cuando algunas de las alternativas de financiamiento que brindan no representan deuda.
Por ejemplo, el factoraje como el que ofrecen empresas como Drip Capital ha destacado durante la crisis, ya que al no ser un pasivo, sino un adelanto de cuentas por cobrar, se convierte en una fuente de liquidez más adecuada en un momento como este.
Dentro del segmento de Drip Capital, la empresa vio un aumento del 23% del primer al segundo trimestre, después de que del cuarto trimestre de 2019 al primero de 2020 vio un crecimiento del 14%.
Para conocer más sobre cómo el financiamiento de cuentas por cobrar ofrece una solución para los retos de liquidez para las compañías exportadoras, sobre todo las PyMEs, en medio de la pandemia de COVID-19 lee más aquí.