Uno de los primeros conceptos que debes conocer para mejorar la salud financiera de tu empresa es que, en la mayoría de los casos, el flujo de efectivo es más importante para tu crecimiento que solo las ganancias. De hecho, como te hemos contado en otras entradas de nuestro blog, una empresa con ganancias puede tener problemas de liquidez y solvencia.
Para entender por qué, primero hay que analizar a detalle qué revela el estado de flujo de efectivo sobre tu empresa e identificar las malas prácticas y errores financieros más comunes que las empresas mexicanas cometen alrededor de su manejo.
¿Qué es el flujo de efectivo?
El flujo de efectivo es la entrada y salida de dinero de tu empresa (el cual es medido en el estado de flujo de efectivo). Conocerlo se vuelve crucial para tu operación, pues se relaciona directamente con tus gastos diarios, impuestos, inventarios, pagos de nómina y cualquier otro costo operativo.
¿Por qué es importante el flujo de efectivo?
Existen cuatro factores fundamentales para administrar tu efectivo:
Incrementar el ingreso de capital para tus operaciones y su rendimiento.
Mejorar el ciclo de conversión del efectivo. Por ejemplo, descontando tus facturas a una empresa de factoraje para adelantar tus cuentas por cobrar.
Reducir la salida de efectivo de la empresa economizando gastos no necesarios.
Mejorar tu liquidez a corto plazo.
Tipos de flujo de efectivo
Operativos. Son todos los ingresos y gastos que provienen de la actividad de la empresa. Es la fuente principal de ingresos de la compañía.
Inversión. Como su nombre lo indica, es la entrada y salida de dinero a través de inversiones realizadas. También se incluyen los activos de la empresa.
Financiación. Hace referencia a la variación de capital que tiene un determinado proyecto.
La relación entre flujo de efectivo y liquidez
Al tratarse de conceptos e indicadores para sobre tu estado financiero, el flujo de efectivo y la liquidez tiene un relación importante y directa.
La liquidez es la capacidad de un activo de convertirse en efectivo sin afectar su precio de mercado. En ese sentido, se refiere a qué tan ágilmente puedes disponer de efectivo para solventar tus gastos inmediatos.
Qué indica el estado de flujo de efectivo
Para poder analizar lo que mencionamos anteriormente, tu primer guía debe ser el estado de flujo de efectivo.
Este reporte financiero debe darte detalles sobre el dinero que tienes disponible y en qué se está utilizando exactamente, por ende, es tu principal fuente para conocer las necesidades inmediatas de tu empresa.
Un estado de flujo efectivo positivo significa que tienes activos líquidos de fácil acceso, por lo que no debes tener problemas para cubrir tus deudas u otras obligaciones, o costear cualquier gasto operativo en el corto plazo.
En contraste, un estado de flujo de efectivo negativo significa que tu empresa tiene problemas de solvencia.
Para conocer más a detalle este y otros estados financieros básicos, visita esta entrada de nuestro blog.
Indicadores financieros clave en tus flujos de efectivo
Entre los principales que debes tener presentes están:
Índice de capital de trabajo
Cómo su nombre lo indica, se refiere al capital con el que cuentas para operar.
Días de ventas pendientes de cobro (DSO o Days sales outstanding)
Los días que toman para recolectar el pago después de que se realizó una venta es vital.
Ciclo de conversión de efectivo (CCE)
El tiempo que transcurre desde que adquieres una materia prima hasta que puedes cobrar por los que vendes.
| Conoce más sobre el ciclo de conversión de efectivo en esta entrada
Puedes leer a detalle sobre estos indicadores y sus fórmulas en esta entrada de nuestro blog.
Errores financieros comunes sobre el flujo de efectivo
No tener un respaldo de efectivo
La planeación y prevención son recursos indispensables de cualquier negocio, especialmente para adaptarse a situaciones de crisis y ser más resilientes.
Sin embargo, la falta de planeación es uno de los principales pecados financieros de las empresas mexicanas y la razón por la cual 2 de cada 3 empresas fracasan antes de los cinco años, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Prevé y procura tener una reserva de efectivo que te ayude a mantener tu operación estable y asegurada.
Depender únicamente de tus ventas
Naturalmente el objetivo de un negocio es vender y con las ventas generadas puedes sostener la operación. Sin embargo, esas entradas de dinero no pueden ser tu único soporte financiero, ya que mientras que las ventas pueden variar, tus costos fijos se mantienen constantes y estables.
En ese sentido, al pensar en tus flujos de efectivo y cómo mantenerlo positivo, es necesario pensar en otras fuentes de capital de trabajo para no correr riesgo de insolvencia.
No comprender el ciclo de conversión de efectivo
Como se menciona en el punto anterior, dejar que las ventas sean tu única fuente de efectivo para tu operación puede dejarte en una situación compleja.
Especialmente en transacciones entre empresas, es muy común que las ventas se realicen a crédito (de hecho, según Atradius, en 2020 52% del total de las ventas entre empresas (B2B) se realizaron a través de crédito comercial, 7% más que en 2019). Esto implica que aún cuando cierres ventas, te tomará algunos meses captar esas entradas de dinero.
Por ello, es vital analizar cuál es el total del ciclo de conversión de efectivo (desde que adquieres una materia prima hasta que puedes recibir el dinero por tu venta). Si quieres conocer su fórmula y más detalles, te recomendamos leer esta entrada de nuestro blog.
Mantener las cuentas por cobrar estáticas
Ya que tienes una visibilidad y comprensión más profunda de cómo funciona tu ciclo de conversión de efectivo, el siguiente paso debe ser encontrar la manera de darle mayor dinamismo a ese dinero que, técnicamente, ya es tuyo.
Una forma de hacerlo es no mantener estáticas tus cuentas por cobrar. Es decir, recurrir a alternativas de financiamiento que te ayuden a transformar tus ventas a crédito en capital de trabajo.
Esto puedes lograr a través de factoraje, un esquema en el cual puedes adelantar los pagos de tus ventas a crédito, incluso, una vez que se realiza el envío.
De esta manera, no debes esperar todo el ciclo para recibir tu dinero y puedes seguir ofreciendo términos de pago atractivos a tus clientes.
Puedes leer más sobre esta opción, tanto para ventas nacionales como internacionales, aquí.
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