Ya sea para producir, vender, exportar o crecer: en toda etapa y aspecto del negocio las empresas necesitan fondos. El financiamiento es vital para todo tipo de empresas, grandes o pequeñas, pues ayuda a costear su operación y planes.
Capex y Opex: razones por las que necesitas financiamiento
A grandes rasgos, hay dos principales razones por las cuales un negocio necesita financiamiento:
Gastos de capital (Capex). Inversiones de largo plazo en un activo que va a agregar valor de alguna forma: terrenos, plantas, maquinaria, investigación en nuevos productos, etcétera.
Gastos operativos (Opex). Gastos del día a día que se requieren para que la empresa funcione: nómina, renta, materia prima, energía, etcétera.
Dependiendo de cuál necesidad tenga, una empresa puede recurrir a diversas fuentes de capital. Elegir la correcta permite un control más efectivo de sus fondos, lo que, a su vez, representa una oportunidad para apalancarse e invertir estratégicamente en proyectos y áreas que faciliten su crecimiento.
Por ejemplo: puedes buscar financiamiento para invertir en renovar una planta o poner en marcha un proyecto de innovación, y destinar tu efectivo disponible a costear todas las obligaciones básicas de tu empresa, como la nómina, pagos a proveedores y hasta el envío mismo de tus mercancías.
| Conoce más sobre Capex y Opex en esta entrada de nuestro blog
Fuentes de financiamiento para las empresas
Con base en esto, ¿cuáles son las principales maneras en que las empresas se financian?
Efectivo y capital
Además del efectivo disponible que la propia empresa ha generado, el equity o capital se refiere al dinero que los inversionistas dieron en un inicio.
Si bien se trata de fondos efectivos de los que las empresas pueden disponer libremente, es importante recordar que se trata de la fuente de capital más cara: si vendieras una parte de tu empresa en vez de sacar un préstamo, el retorno sobre lo que tu empresa genera sería menor.
Otro escenario complejo de financiarte solo de tu propio efectivo es que este suele ser más volátil y resulta difícil predecir si siempre contarás con el mismo flujo. En ese sentido, es la fuente de financiamiento más riesgosa.
Crédito simple
Son los préstamos tradicionales en el que recibes una cierta cantidad de dinero a cambio de una promesa de pago en el futuro con un costo adicional (intereses).
Generalmente, los créditos simples tienen garantías. Es decir, que la institución que te presta el dinero pide un activo como colateral con un valor mayor al del préstamo. Por ejemplo, un terreno o una casa que vale 2 millones por un préstamo de 1 millón.
Utilizan créditos para financiar operaciones resulta en una situación compleja y difícil de optimizar, ya que el dinero que pediste prestado no es necesariamente el que requiere mes a mes para operar.
De esta forma, algunos meses te puede sobrar (lo que implica pagar intereses sobre dinero no utilizado) o te puede faltar (y entrar en problemas con tus empleados y acreedores).
Entre sus ventajas se encuentran las posibilidades que te dan para acelerar e invertir, así como incrementar el retorno sobre los activos de tu empresa, además de que es una medida para ahorrar en impuestos (el costo del financiamiento se descuenta de tus ingresos).
Crédito revolvente o cuenta corriente
Es una línea de crédito en la que tienes un límite autorizado con el cual se puedes solicitar solamente el capital que se requiere en el momento. Cuando uno ya no utiliza el dinero, puede pagar de vuelta al banco para no generar intereses sobre ese monto. El crédito revolvente también suele requerir un activo como colateral.
Este tipo de crédito es recomendable para financiar tu capital de trabajo o liquidez, y tiene tasas variable o fija de hasta 12 meses.
Si bien está diseñado para financiar capital de trabajo, es posible que no te ofrezcan el crédito revolvente necesario y suficiente para el nivel de ventas o crecimiento que reportes en determinado momento, además de que los plazos de acreditación suelen ser mínimo de tres meses.
Factoraje financiero
El factoraje también está diseñado para financiar Opex (capital de trabajo) y es un financiamiento de corto plazo que dura solamente el periodo de crédito de la factura). De tal manera, utilizarlo te ayuda a liberar otras fuentes de capital para invertir en Capex (gastos de capital).
A diferencia de los créditos, el factoraje es una transacción comercial: un factor (es decir, quien ofrece el financiamiento) adelanta el pago de facturas que un comprador va a pagar a crédito.
Esto implica que en tus hojas de balance no aparece como una deuda, sino como efectivo.
El factoraje sin necesidad de colateral como el que ofrece Drip Capital permite acceder a financiamiento, incrementar tus ventas y crecer sin asumir grandes riesgos, pues al financiar tus facturas (convirtiendo tus cuentas por cobrar en efectivo) obtienes liquidez y eficiencia en los costos.
Arrendamiento o leasing
El arrendamiento, también conocido como leasing, es un contrato a un plazo determinado para el uso y goce de algún bien por parte de un cliente. En otras palabras, es una renta que una institución ofrece a una empresa para el uso de un activo que le puede ayudar a incrementar sus ventas o mejorar su capital.
Generalmente es para la adquisición de equipo de transporte, industrial, médico, bienes inmuebles o líneas de producción. Existen dos tipos de arrendamiento:
Puro: es el más utilizado y tiene la ventaja de deducir las rentas de impuestos. El cliente tiene la opción de decidir si al final del plazo desea obtener el bien al precio del mercado o devolverlo al arrendador.
Financiero: Se estipula, desde el inicio del contrato, que el cliente obtendrá el bien al final del plazo.