Uno de los pendientes y dilemas más grandes para las empresas mexicanas es el financiamiento. No solo por las barreras de acceso al crédito que tradicionalmente han detenido a las empresas (sobre todo PyMEs), sino también por los mitos alrededor de la deuda y otras alternativas para inyectar capital.
En general, existe una mala fama, pero también un mal uso: un reporte de Crédito Pyme de la fintech Konfío revela que 92% de las PyMEs utilizan créditos y capital para pagar deudas, lo que muestra que, erróneamente, lo utilizan para necesidades urgentes a corto plazo en lugar de aprovecharlo para el crecimiento u objetivos a mayor plazo.
Otro reporte reciente de Banxico reafirma la problemática: 88.9% de las PyMEs y 61.6% de las grandes empresas que adquieren financiamiento destinan el dinero para capital de trabajo, aunque es un esquema costoso y poco eficiente para ello.
Para que el financiamiento realmente aporte a tu salud financiera y crear mejores hábitos alrededor de él, es vital entender aspectos básicos sobre él. Estos son los puntos más importantes que te ayudarán en el proceso de decidir si realmente necesitas financiamiento (y qué fuente es mejor para ti).
¿Qué es financiamiento?
En términos generales, el financiamiento es la obtención del dinero necesario para el funcionamiento de una empresa y cualquiera de sus actividades.
Eso implica una amplia gama de opciones que van más allá de los créditos bancarios: desde el dinero que entra por tus ganancias, hasta otras alternativas para financiarse.
Existen dos principales razones por las cuales un negocio necesita financiamiento:
- Gastos de capital. Tus inversiones.
- Gastos operativos. Tus gastos del día a día.
Tradicionalmente conocidos como Capex y Opex, puedes leer más sobre ellos en esta entrada de nuestro blog.
Qué opciones y fuentes de financiamiento existen
Las empresas cuentan con diferentes maneras de financiarse. En términos general podemos resumirlos en 4 alternativas:
- Su efectivo y capital.
- Crédito simple.
- Crédito revolvente.
- Instrumentos financieros como el factoraje.
Todas estas alternativas son ofrecidas por un gran número de instituciones financieras desde bancos hasta startups e instituciones de tecnología financiera (las llamadas fintech), las cuales han renovado el escenario del acceso a capital para las empresas en México y el mundo.
Crédito bancario vs. financiamiento fintech
No es que una de estas opciones sea mejor que otra; son complementarias y pueden tener objetivos diferentes.
La realidad es que para que una empresa tenga una salud financiera óptima, lo ideal es que sepa aprovechar adecuadamente las oportunidades que se le presentan.
Es así que el financiamiento fintech no está peleado con el crédito bancario. De hecho, contar con ambos puede ser una buena idea.
¿Entonces necesito financiamiento o no?
Pensar en buscar financiamiento no debe estar motivado en si lo necesitas o no. Más que tratarse de necesidad, el financiamiento es una herramienta poderosa para mejorar tu salud financiera y poner en marcha tus planes de crecimiento.
Otro punto importante es que buscar financiamiento no es sinónimo de adquirir deuda.
Esto tampoco quiere decir que la deuda sea mala: es buena para tu empresa pues puede ayudar a invertir en áreas clave, ahorra en impuestos y aumenta el retorno sobre tus activos.
Sin embargo, es es verdad que adquirir demasiada deuda puede llevar a estar sobreapalancado. Es ahí donde surgen otros instrumentos útiles para financiar tus operaciones de forma más eficiente y menos costosa.
Un claro ejemplo es el factoraje. El cual puede es un recurso útil para mejorar tus flujos de efectivo y acceso a capital de trabajo, no solo en momentos críticos, sino como un hábito financiero continuo con el fin de estar mejor preparado ante eventualidades y a destinar tu capital obtenido en créditos a proyectos que te ayuden a despegar tu negocio.
En otras palabras, recurrir a financiamiento no es solo por necesidad; es una práctica financiera sana que te puede llevar a ser más competitivo.