El crecimiento es uno de los retos y prioridades más grandes de las empresas. Pero, para hacer crecer tu empresa, no basta con tus ingresos por ventas: crecer solo con flujos de efectivo es un proceso lento y difícil, además de que no te prepara para resistir crisis complejas en el panorama económico, como sucede ahora con el COVID-19.
¿Qué es el financiamiento y qué representa para tu empresa?
Tomando esto en cuenta, el financiamiento es uno de los grandes aliados de las organizaciones. A pesar de eso, surgen otras complicaciones e ideas que interfieren: la falta de acceso, así como la resistencia de muchas empresas a adquirir deuda.
El financiamiento es un buen hábito que se traduce en finanzas más estables y mayor adaptabilidad, mientras que la deuda, lejos de ser un mal necesario, es, de hecho, buena para tu empresa por diversas razones como que:
- Te ayuda invertir en áreas clave de tus finanzas para crecer.
- Te ayuda a ahorrar en impuestos (el gasto de financiamiento se descuenta de tus ingresos).
- Aumenta el retorno sobre los activos de tu empresa.
Sin embargo, es verdad que sobreapalancar a tu empresa puede llevarte también a una situación compleja, además de reducir o hacer nulos todos los beneficios del financiamiento.
| Puedes leer más sobre cómo transformar el financiamiento en un buen hábito en esta entrada de nuestro blog
En ese caso, ¿cómo puedes tener un mejor manejo de tu deuda y de tus ingresos de capital?
El punto de partida es estudiar cuáles y cómo son tus gastos de capital —Capex, es decir inversiones de largo plazo en un activo como terrenos, plantas, maquinaria, investigación en nuevos productos, etcétera— y gastos operativos —Opex, o gastos del día a día que se requieren para que la empresa funcione como nómina, renta, materia prima, energía, etcétera—.
| Conoce más sobre Capex y Opex en esta entrada de nuestro blog
Una vez que has definido las necesidades, es momento de definir exactamente el tipo de financiamiento que se adapta a ti.
En otras palabras, necesitas tener presentes varias maneras de financiarse y definir cuál es mejor para ayudar a tu negocio.
Factoraje financiero: capital de trabajo sin deuda ni colateral
Cuando se trata de priorizar el crecimiento, uno de tus objetivos debe ser contar con capital de trabajo que te de espacio para realizar las inversiones y planes encaminados a crecer. En ese sentido, debes mejorar tus flujos de efectivo y pensar en adquirir deuda solo en aspectos estratégicos y no para la operación.
El factoraje financiero, también conocido como descuento de facturas se adapta a esos objetivos pues al tratarse de un financiamiento por el cual adelantas tus cuentas por cobrar por una comisión, no implica más deuda, ni requiere activos en colateral como los esquemas de crédito tradicionales.
En ese sentido, esta alternativa te ayuda a crecer al agilizar tus ventas y mejorar tu liquidez, además de que te da flexibilidad para enfrentar otros factores de riesgo del mismo comercio internacional de naturaleza financiera, social o política.
Si quieres conocer más sobre este esquema y consultar los tipo de factoraje que existen, te recomendamos leer nuestra entrada sobre el factoraje.